En tiempos de incertidumbre y temor, nuestro cuerpo se activa y está en alerta constantemente, lo que implica un estrés permanente y eso dificulta un manejo asertivo de nuestras emociones. Es muy probable que estemos irritables y frustrados, ya que nos vemos limitados en nuestro hacer cotidiano y además con miedo con relación a que pasará con las diferentes esferas de nuestras vidas y en espacial la laboral, que nos da el sustento. No sabemos qué ocurrirá con nuestras fuentes de trabajo y es más complejo aún para los que están en proceso de transición laboral. Estamos desafiados y puestos en un lugar que sin duda no habríamos elegido. Sin embargo, hoy más que nunca nos vemos en la gran tarea de reconocer nuestras emociones, validarlas y acogerlas, no es malo ni bueno sentirlas, es lo que nos pasa, pero en la medida que las aceptemos lograremos mayor compresión y por ende un mejor estado de ánimo, lo cual es fundamental para sobrellevar estas semanas venideras, que serán particularmente difíciles en todo ámbito.
Los invito a darse unos minutos de su tiempo a conectarse con lo que sienten y manifestarlo abiertamente con su familia o personas con las cuales estén en este proceso, les aseguro que les facilitará este reto. Les recomendamos utilizar el tiempo en casa para hacer lo que nunca podemos “disfrutar del estar juntos”.
¡Animo amigos, todo pasará!
